viernes, 1 de julio de 2011

Resignación.

No era un sórdido romance,
Era tan solo un mórbido rumor,
Más o menos como un Rómulo sin Remo,
O un pómulo sin rubor.

Como un báculo sin un débil y un viejo a quien ayudar,
En un cenáculo sin nadie con quien conversar,
Es un espectáculo poco digno de admirar,
Un carbúnculo sin rojo carmesí ni un lugar donde colgar.

Un estorbo, un adorno, una floritura innecesaria,
Una hipérbole, un diptongo, una diéresis tal vez precaria,
Una misa, una procesión, un 2 de febrero, sin la Candelaria,
Algo cercano a una lombriz parasitaria.

En el fuero interno resuenan sus palabras,
En el recuerdo habitan vívidas imágenes,
Hoy no se vislumbran posibilidades,
En el mañana estoy atrapado entre vacas y cabras.

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