lunes, 16 de junio de 2008

Del silencio.

El silencio. Hoy voy con la transcripción literal de lo que nos dice el diccionario:

“Abstención de hablar. 2. Falta de ruido. El silencio de los bosques, del claustro, de la noche. 3. Falta u omisión de algo por escrito. El silencio de los historiadores contemporáneos. El silencio de la ley. Escríbeme cuanto antes, porque tan largo silencio me tiene con cuidado. 4. Der. Pasividad de la Administración ante una petición o recurso a la que la ley da un significado estimatorio o desestimatorio. 5. Mil. Toque militar que ordena el silencio a la tropa al final de la jornada. 6. Mús. Pausa musical. ~ administrativo. m. Der. Silencio (pasividad de la Administración). Perpetuo ~. m. Der. Fórmula con que se prohíbe al actor que vuelva a deducir la acción o a instar sobre ella. en ~ . loc. adv. Sin protestar, sin quejarse. Sufrir en silencio. entregar alguien algo al ~. fr. Olvidarlo, callarlo, no hacer más mención de ello. imponer alguien ~. fr. Hacer callar a otra persona. 2. reprimir una pasión. pasar alguien en ~ algo. fr. Omitirlo, callarlo, no hacer mención de ello cuando se habla o se escribe.

El silencio, el silencio como abstención de hablar. Mmmm no sé, ese me cuenta mucho. A como escribo, hablo, por lo que se podrán imaginar que tiendo a hablar mucho.

El silencio como falta de ruido. ¡Éste me encanta! En Nápoles, hace algunos años tuve la oportunidad de visitar “Napoli Sotterranea”. La cuidad de Nápoles se encuentra recorrida por cientos de cientos de túneles cavados en piedra bruta que en algún momento fueron un inmenso acueducto. Durante la Segunda Guerra Mundial, estos recovecos fueron utilizados como refugio anti-aéreo. Más de quinientas mil personas vivían en ese mundillo subterráneo. En la actualidad, por una módica suma de dinero, se puede realizar un recorrido maravilloso, donde se pueden ver grafitis de Hitler abrazando a Mussolinni y a Hirohito por ejemplo. Muy educativo. En algún momento del viaje por el infra mundo, el guía apaga la nos da algunas indicaciones. - Voy a apagar la luz. No se asusten. Apóyense en la pared… Necesito que no hablen, no hagan ruido, no hagan bulla… Oscuridad total… -¿Qué demonios le pasa a este sujeto? ¿Por qué me apaga la luz? ¿Qué es ese pito tan insoportable que escucho? ¿Por qué no para de sonar? Me cuesta respirar un poco, la luz está apagada, estoy en Nápoles, no me conoce nadie de las personas con las que estoy en este momento. ¿Y si me pasa algo aquí? ¿Por qué la luz apagada? ¡Qué montón de polvo! ¿La luz, por qué la extraño? ¿Y si explota el Vesubio de nuevo? ¡Ahhhhhhhhhhh maldito pito! ¡Dejen de tocarlo!... Hmmm… Dejó de sonar… ¿Qué hacemos arrecostados a la pared en la oscuridad? ¡Prendió la luz! ¿Qué estaba haciendo en la oscuridad? Nos habla. Nos pregunta: ¿Escucharon el pito? - ¡No guevón! ¡¿Cómo demonios no lo vamos a escuchar si estamos metros de metros bajo la superficie y usted se pone a tocar un maldito pito en la oscuridad?! Pues bien, resulta que no había pito. El silbido que escuchaba era el de la membrana de mi propio oído. Aparentemente, (esa fue la explicación que nos dio), el oído no está acostumbrado al sonido absoluto. Ese pito que escuchaba era el de la membrana moviéndose, vibrando. Le tomó cerca de un minuto el acostumbrarse a no escuchar nada. Falta de ruido. Simplemente maravilloso. Falta de ruido en Nápoles, una ciudad tan bulliciosa, simplemente espectacular.

Siempre que le cuento a alguien esta experiencia, le digo que lo piense. Siempre escuchamos algo. Un grillo (muy Cuentos de Angustias y Paisajes ¿no?), un perro, un gato, una lagartija, agua goteando, agua lloviendo, el teléfono, un trueno, un grito, una puesta, una sirena. Yo en este momento escucho un mensaje de texto que me acaba de llegar al celular, una motocicleta a lo lejos, el sonido de las teclas cuando escribo y a Sergei Rachmaninov (Etude A-moll, Op. 39, No. 2). Me acomodo en la silla, y la oigo. Y ya que estoy poniendo atención a los sonidos que escucho, pues hago ruido como un tontillo… ¡tá! la mano contra el escritorio! sniff, en la nariz… silvo… Jajajajajaja, me río. Escucho mi risa. ¿Estaré totalmente loco? Pienso que más puedo hacer que genere ruido. ¡Ruido! Sabina, pongo en pausa a don Sergei y pongo solo por un momento ruido… “Ella le pidió que la llevara al fin de mundo, él puso a su nombre todas las olas del mar. Se miraron un segundo, como dos desconocidos… Mucho, mucho ruido, ruido de ventanas, nidos de manzanas que se acaban por pudrir. Mucho, mucho ruido, tanto, tanto ruido, tanto ruido y al final por fin el fin. Tanto ruido y al final…” Basta de ruido. Sigamos con la clásica. Primer movimiento de la Sinfonía Número 40 de Mozart. (Todo niño que se respete tiene que haberla escuchado… es la típica musiquilla de las fábulas de Looney Tunes).

Sigamos con el silencio. Falta u omisión de algo por escrito. ¿Estaré dejando algo por fuera de lo que pienso mientras escribo? El silencio de los historiadores contemporáneos. ¿Y el Silencio de los Inocentes? ¿Y los Héroes del Silencio? El silencio de la ley. Lo que la ley omite. Este afán leguleyezco de tratar de reducir todo a normas… Escríbeme cuanto antes, porque tan largo silencio me tiene con cuidado. Silencio. Escríbeme cuanto antes. ¿Mejor una llamada telefónica no? Estos ejemplos de la Real Academia a veces me gustan y a veces no. Lo he dicho, ya que es imposible que sea Luis XIV, por lo menos me deberían dejar trabajar en la Academia, para poner ejemplos afines a mis preferencias. Luego les daré un diccionario Español – Rubén/ Rubén – Español. Pero eso es para luego. De momento sigamos con esta definición que nos ocupa el día de hoy.

Pasividad de la Administración ante una petición o recurso a la que la ley da un significado estimatorio o desestimatorio. Silencios positivos o silencios negativos. Ahora resulta que no solo tengo que romperme la cabeza tratando de descifrar porque mi mamá no me habla, o porque mi hermanita está tan callada; o porqué esa persona del trabajo hoy no me ha dirigido la palabra; o bien, porque ese amigo no me responde las preguntas; o peor aún, que significa el silencio de esa persona con la que estoy empezando a salir. ¿Estará contenta, estará enojada? ¡No! Aunado a todo lo anterior, cuál nenita caprichosa quinceañera, la “Administración” tiene sus silencios, no solo la “Administración” es la culpable de muchas cosas, resulta que ahora tengo que adivinar que quiere decir cuando no dice nada. ¿Será silencio negativo, o lo será positivo? Maldita “Administración”… dichosamente el periodo es solamente cada cuatro años, porque si fuera mensual ¡ay Tatica Dios nos coja confesados! ¡Qué feo que nos coja Tatica Dios! Está peor aún que la maldición Vargas. Me corrijo… ¡ay que Tatica Dios no nos tome sin habernos confesado!

Pero bueno, seguimos. Tenemos la parte militar. Toque militar que ordena el silencio a la tropa al final de la jornada. Esto de los ejércitos, los trajes, la fanfarria militar, no sé, no me gusta. ¡Siguiente!

Pausa musical. Este me encanta. El silencio como elemento musical. El silencio como pausa. De esto no escribo mucho, pues lo disfruto, más no lo sé explicar. Espero que en algún artículo de don Jacques Sagot, o bien, en alguno de sus conciertos didácticos lo explique. A él de seguro la explicación le quedará mejor. De hecho hoy (domingo 15 de junio del 2008) en el periódico (La Nación) habló de “Silencio, plegaria, adoración”. Excelente artículo. Se los recomiendo.

Perpetuo silencio… Fórmula con que se prohíbe al actor que vuelva a deducir la acción o a instar sobre ella. Años en la Facultad de Derecho y no recuerdo a nadie hablando del perpetuo silencio. Con la palabra “perpetuo” solo se me ocurre “el perpetuo socorro”, pero eso no es tema de esta conversación.
En silencio. Sin protestar, sin quejarse. Sufrir en silencio. Esto de sufrir en silencio es un poco confuso. No es algo sostenible, ni tampoco recomendado. A mí me encanta hablar. Lo que me moleste, lo trato de hablar. Lo trato de decir. Si bien es cierto no me ha ido ni regular algunas veces, he de decir que me ha ido bastante bien en otras. No suframos en silencio. No vayamos por la vida sin protestar, sin quejarnos. Ahora bien, no me malinterpreten. No les estoy diciendo que berreen por absolutamente todo. No. Protestemos. Demos quejas. Pero no protestemos por protestar, no nos quejemos por quejarnos. Protestas y quejas razonadas. Eso es bueno.

Entregar alguien algo al silencio. Olvidarlo, callarlo, no hacer más mención de ello. Se recomienda hacer esto cuando no valga la pena hablarlo o decirlo. ¿Cuándo es conveniente? No lo sé. Es discrecional y casuístico. A ser examinado en la situación en particular. (Paréntesis… ahora oigo hasta al procesador de la computadora… no se puede estar en silencio…)

Imponer alguien silencio. Hacer callar a otra persona. Este me resulta muy pero muy útil. Especialmente cuando estoy en el cine o en el teatro. No soporto a los que van a uno o a otro para solamente hablar. ¿Por qué mejor no van por un café?

Reprimir una pasión. Silencio y el reprimir una pasión. Este sí está más difícil (¡así como escribir cinco palabras seguidas con tilde!) ¿Será el reprimirla por que por cobardía, pena u otra razón no dijimos nada en el momento indicado? O ¿será solamente el reprimirse un poco y ni siquiera suspirar por que el grosor de las paredes no nos garantiza la discreción necesaria?

Pasar alguien en silencio algo. Omitirlo, callarlo, no hacer mención de ello cuando se habla o se escribe. Se me parece tanto a eso de sufrir en silencio, que mejor ni escribo al respecto. Sí, lo sé, no necesariamente puede ser algo negativo, puede que sea algo positivo que no quiero compartir con nadie más, pero no sé, me siento negativo en este preciso momento, por lo que hará caso omiso del mismo y lo pasaré en silencio, lo omitiré, lo callaré, no haré mención de ello cuando escribo. Esto, amigos, es el maravilloso principio de autonomía de la voluntad. Es mi prerrogativa. Es hacer “porque sí”, o en este caso, “no escribir porque sí”.

El silencio es muy complejo. Bodecker y Neander en su “Silence! Homenaje al Maestro Marcel Marceau” me pusieron a pensar mucho en el silencio. Es impresionante lo que se puede decir con el cuerpo. Es increíble como la palabra nos limita. Ya lo decía Marceau: “El silencio no tiene límites, los límites los impone la palabra.” El sonido viaja a trescientos cuarenta metros por segundo, la luz a trescientos mil kilómetros por segundo, y ¿el silencio a qué velocidad viaja?

Muchas veces transmitimos más de lo que queremos sin decir nada, que diciendo algo. Algunas veces cuesta mucho borrar algo que dijimos en lugar de guardar silencio. ¿Cómo se guarda el silencio? ¿A dónde se coloca algo intangible? ¿Cómo coloco el silencio en las partes adecuadas para que mi mensaje sea inteligible? ¿Es la pausa musical lo mismo que el espacio que coloco entre cada palabra para que usted me lea? O ¿esquesiescribieraasítodopegadoustedmeenteríaloquelequierodecir? ¿Será tan evidente falta de una pausa musical para un oído educado como lo es la falta de espacios entre palabra y palabra?

El silencio es un fenómeno complicado. El silencio es… - Shhhhhhhhhhh… Me acerco el dedo índice a la boca en señal de silencio… - Shhhhhhhhhhh… Pero yo quiero seguir escribiendo… - Shhhhhhhhhhh… Pero yo, es decir, ¡no he acabado! (¡Qué te callés! Me grita por ahí el Rey Juan Carlos) - Shhhhhhhhhhh… Pero yo quiero… - Shhhhhhhhhhh… Pero yo… - Shhhhhhhhhhh… ¡Pero! - Shhhhhhhhhhh… ¡Bueno, no digo más! - Shhhhhhhhhhh… - Shhhhhhhhhhh…

*Nota final: Y la Academia dice que el silencio es una “Abstención de hablar.”… Yo hubiera podido seguir hablando del silencio… - Shhhhhhhhhhh…

7 comentarios:

Vivi dijo...

sí, vos con abstención de hablar... está dificil!
Napoles... qué envidia!
De nuevo... Jacques Sagot... no es una de mis personas favoritas en este mundo... whatever!
Mejor Silvio cantándonos: cuentan que cuando un silencio aparecía entre dos, era que pasaba un ángel que les robaba la voooooz...
o si no... y apareció de pronto cierta emoción a la que amó con toda la soledad y regresar a la habitación comenzó a ser la hora de acomodar entre dos el silenciooooo.
O Pedrito....tiempo y silencio, una casa en el cielo un jardín en el mar, una alondra en tu pecho un volver a empezaaaaaaaaaar
bueno ya vemos quién no sabe mucho del silencio hoy
beso!

rusbin dijo...

Jajajajajajaja, voy en esas:

sí, vos con abstención de hablar... está dificil!
Lo sé, tiendo a hablar un poquitín!

Napoles... qué envidia!
Nápoles, pues que te diré, es una ciudad BELLÍSIMA!!!

De nuevo... Jacques Sagot... no es una de mis personas favoritas en este mundo... whatever!
Don Jacques... Pues Don Jacques rules! No solo escribe súper bien, ¿lo has escuchado tocando piano? ¡DEMASIADO BUENO!


Gracias por pasar :o)

Ale dijo...

Ssssssshhhhh...Lindo como siempre, Rubén.

ELES dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ELES dijo...

Demaciado silencio, muy pocas veces no me gusta el ruido...
Dice Rusbin "lo se tiendo a hablar un poquitin", no creo, no... no creo!!!
Saludos

rusbin dijo...

Ale, gracias por pasar...

Eles, jajajajajajaja! Lo se, pero no esta de mas decirlo :o)

ELES dijo...

A mi no me gusta tanto el silencio, pero que sera lo que tiene, en el blog he escrito algunas cosas sobre el silencioo frases que lo evocan. Que tendra. ahi te dejo algo que escribi, por si tene tiempo.
Gracias
http://historiasdetinta.blogspot.com/2008/04/silencios.html