lunes, 4 de febrero de 2008

De las sonrisas.

Alita, una gran amiga, me dice que la sonrisa es algo que tiene que ver con ella. Pues bien, como suelo tratar de hacer, acá honro lo dicho, y entonces escribo sobre las sonrisas.

La sonrisa es la acción y efecto de sonreír. Sonreír viene del latín subridere, que es reírse un poco o levemente, y sin ruido. ¿Qué es la risa? La risa es un movimiento de la boca y otras partes del rostro, que demuestra alegría. Y, ¿la carcajada? Es una risa impetuosa y ruidosa. Sonreír, reír o carcajearse. De eso les hablo hoy.

Risueña. Una persona risueña es aquella que demuestra risa en el semblante, bien puede ser una persona que se ríe con facilidad. Puede ser finalmente un aspecto deleitable, o capaz, por alguna circunstancia, de infundir gozo o alegría.

Sonrisa. Risueña. ¡Estas palabras no me calzan! De alguna u otra forma relaciono más la palabra “risueño” con “sueño” que con “risa”. El sueño viene del latín somnus, y nos dice el diccionario que es el acto de dormir. Puede ser asimismo, el acto de representarse en la fantasía de alguien, mientras duerme, sucesos o imágenes. ¿Acaso nunca se han despertado con una gran sonrisa después de un muy buen sueño?

Risueño es diferente a risible. Risible viene del latín risibilis y significa que es capaz de reírse, o bien, que causa risa o es digno de ella. Esta palabra en particular me está dando más problemas de los anticipados, pues resulta que “irrisible” (que viene del latín irrisibilis) lejos de ser alguien incapaz de reírse, o que no causa risa o es indigno de ella; significa que algo es digno de risa y desprecio.

Tenemos no solo la risa, pero también el riso. Viene del latín risus, y es una especie de “risa apacible”. Es la primera vez que escucho (¿leo quizá?) esto de que riso es risa. Si alguien me dice que le dio un ataque de risa le digo que comparta, ¡así reiremos los dos!, pero si alguien me dijera que le dio un “ataque de riso” ¡no sé como podría reaccionar!

Tenemos memoria, tenemos amigos, tenemos los trenes, la risa, los bares… ¡Tenemos la risa! Si la risa es digna de ser incluida como uno más de los motivos para no cortarse de un tajo las venas, ¡pues por algo será!

La sonrisa. Para tener una sonrisa creo que es necesario tener un buen humor. En el inventario de características de autorrealización de Maslow, el “Sentido del Humor” fue la calificación mas alta que obtuve (si, incluso por encima de las “Creencias Democráticas”) ¿Preocupante? No.

Hay muchas sonrisas. Estaba repasando el contenido de mi blog, y es curioso la cantidad de veces que menciono la palabra. En “Una parte de mí” deseaba dejarles sonrisas; cuando hablo de mi amado abuelo, no puedo dejar de mencionar la sonrisa que me regalaba; no puedo olvidar la “sonrisa de astuto” del inútil de la Fischel; o “tu sonrisa dormida en mi recuerdo” de Buesa. Gabo en El amor en los tiempos del cólera la utiliza como una “respuesta”; yo la veo como felicidad. Hace poco también hable de “sonrisas cómplices” o bien, de ellas como un mero objeto de robo. ¿No son lindas las sonrisas?

En este momento se me dificulta escribir de la sonrisa. Pienso en la sonrisa suya cuando le responden el “buenos días”; en la sonrisa suya cuando llegó al banco y no había fila; en la sonrisa suya cuando esa persona con la que flirteaba le respondió de vuelta; en la sonrisa suya cuando le aprobaron esas vacaciones para poder escaparse; en la sonrisa suya después de obtener ese primer beso; en la sonrisa suya en ese jugueteo inocente, ¡y en la sonrisa suya cuando se da cuenta que no era tan inocente! Pienso en esa sonrisa provocada por el encontrar un libro luego de siete años de larga búsqueda (Terra Nostra de Carlos Fuentes), o bien por ese cuadro de Nela Salgado que es solamente el augurio de lo que resultó ser un muy buen día. Pienso en la sonrisa suya cuando lea estas líneas y piense: ¡Sí! Fijo no tenía mas escribir y no le quedó más que enumerar sonrisas.

Así como creo que hay diferentes tipos de hambres, insisto en que hay diferentes tipos de sonrisas. Tenemos sonrisas académicas, de esas que salen a flote cuando tenemos una muy buena nota, o bien cuando nuestro profesor no es tal, antes bien es todo un “maestro”. Tenemos las sonrisas laborales, esas que hacemos en los pasillos frente a desconocidos unidos bajo un mismo techo y un mismo gafete. Tenemos las sonrisas ligadoras, esas que forman un camanance en la mejilla y hacen juego con los ojos del deseo. Existen las sonrisas pre-coitales, que dejan ver un lado muy humano de la persona, y por supuesto las post-coitales, que han conocido ya la humanidad de su contraparte. Pueden haber sonrisas fingidas (ojala no acompañadas de un orgasmo fingido), pero de esas no quiero hablar. Existen las sonrisas bondadosas y las de cariño. También las hay de burla, o de complicidad, como he anotado con anterioridad. Sonrisas, tantas como situaciones hay.

Tipos de sonrisas, tipos de hambres, tipos de puntos, tipos de lágrimas, tipos de amores, tipos de robos, tipos de besos… ¡Tipos de tipos! Estas “tipologías” devienen de un incontrolable afán “inventariador”. Un afán que me hace sonreír. Un afán que me hace feliz.

Para terminar, les comparto una sonrisa, o bien, una risa única. La sonrisa “localizadora”. Es la sonrisa que un gran amigo italiano le pide a su compañera dominicana: “Ridi ridi, che non ti vedo”. ¡Ríe, ríe, que no te veo!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Rubén!!!! Como siempre, me dibujó una sonrisa...Igual no puedo dejar de disculparme por los inconvenientes ocasionados, jejeje. Alitox

Anónimo dijo...

Pues te morirías de riso escuchando a gente hablando en portugués ya que en ese bello idioma se dice "(o) riso e (o) sorriso)"

Te faltaron la sonrisa hipócrita (nunca falta) y la risa nerviosa. La sonrisa triste del payaso.

A mi me da risa lo absurdos que somos todos, y me causa sonrisa lo maravillosa que es la vida.

Frank Bruce dijo...

También está la risa de la rabia, me río que me digan que es mi culpa que se perdieron las copas del carro de mi mamá por que uno de sus mecánicos inútiles las instaló mal, ahora me voy a reír más cuando me llame por que el cheque que le giré, está suspendido por instrucción mía, efectivamente el que ríe al último ríe mejor.

Aunque debo de admitir, es mi culpa haber llevado el carro a un taller honorable, con facturas timbradas y órdenes de trabajo con ficha y expediente, cuando lo pude haber llevado a un taller piso'e tierra donde el trato se cierra con apretón de manos. Nada garantizado, pero por lo menos me atenía a lo que íba.

¿Será esa una risa hipócrita?

¡También está la risa sarcástica ¡Me sonrío de tanta tontera que sucede a mi alrededor!
No lo puedo creer, me voy una semana y parece que la gente del manicomnio tomó control del asilo. ¿Será que es malo para la salud tomar vacaciones? Lo malo es que ahora me sonrío de ver por que las cosas están como están.